Tengo un espejo cuya función no es mirarte en él, sino mirarlo a él; el paso del tiempo le ha otorgado ese carácter de aquello que envejece de manera natural y que a mi me resulta naturalmente hermoso. Para él he creado una sencilla diadema dándole forma a un alambre, sobre el que he atado con hilo de sedal ramas y hojas.
Al otoño se llega hoy por aquí